El senador Marcelo Guinle fue el ausente más notorio en el acto de lanzamiento de la reforma constitucional que impulsa el Gobierno. Fue el dirigente de mayor predicamento que pegó el faltazo.
Para compensar, casi 24 horas después hizo pública una cautelosa adhesión a la iniciativa, con una mención colocada como subtítulo menor de una gacetilla dedicada a expresar su preocupación por la falta de combustibles en la región.
Por si no quedara claro, para Guinle a la reforma le falta combustible. O al menos, eso parece.
En el Gobierno no hay nadie contento con el hombre de Comodoro Rivadavia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario