Eso, más o menos, le habría pedido el intendente de Rawson, Adrián López, a los periodistas que cubren la actividad oficial en la capital del Chubut.
"Responsabilidad para informar", aseguran que solicitó el jefe comunal a los sorprendidos movileros. El funcionario les habría explicado que el tesoro municipal es poco más que un agujero negro, que las promesas de ayuda gubernamental no son mucho más que eso y que la "herencia recibida" es -por supuesto- mucho más conflictiva de lo que se esperaba.
Lo raro es que López se había presentado como un adalid de las buenas noticias y la alegría perenne del dasnevismo. En el verano, amenazaron con "no dejar dormir a la siesta" a los residentes en Playa Unión, en el marco de la revolución cultural de los Próximos 50 Años.
Más allá de las bromas, los corrillos aseguran que hay una dura disputa entre un grupo empresario que opera desde Trelew, con otro que hace lo mismo, pero desde Rawson.
Estos cortocircuitos habrían afectado algunas fuentes de financiamiento y deteriorado relaciones basadas en el tamaño de las billeteras.
De todas maneras, también se asegura que hay un millón de pesos marchando desde Fontana 50 hasta el Palacio Municipal.
Algo es algo.