jueves, 28 de agosto de 2008

300


Trescientos millones de dólares o novecientos millones de pesos. Esa será, si nada cambia en el cambiante universo del Gobierno, el monto total del crédito que deberá autorizar la Legislatura del Chubut, para que el Ejecutivo lo gestione, si es que ya no lo ha hecho y aún no lo sabemos. El Gobierno ratificó que no comprará acciones de YPF porque "no es negocio" el petróleo, según explican por aquí.

El razonamiento, sin demasiados detalles o fundamentos de la técnica económica que ayuden a comprender porqué "no es negocio" comprar acciones de una multinacional petrolera, pega de lleno en el resto de los millones.
¿Si no es negocio invertir en acciones de YPF, es negocio endeudarse para hacer qué cosa? La pregunta de vueltas y vueltas, sin respuesta posible porque no hay un solo dato que diga en qué se invertirán los 300 millones de dólares o 900 millones de pesos que engordarán la deuda provincial.

La toma de ese megacrédito, en sintonía polìtica, podría entenderse si el Gobierno y el PJ chubutense entienden que marchan hacia una confrontación sin retorno con el Gobierno Nacional, pelea que podría dejarlos sin, por ejemplo, fondos para la construcción o terminación de los planes de viviendas oficiales que permiten votos y fotos en tiempos electorales.

Con la pesada sombra del lapidario diagnóstico del Banco Central de España sobre qué cosas les esperan a los inversores y prestamistas en la Argentina, con los negativos pronósticos de las mayores consultoras en materia financiera sobre las perspectivas nacionales para el corto y medio plazo, hay otro interrogante girando.
¿Quién nos prestará ese dinero? y ¿cuál será el interés que nos cobrará?
Por las dudas, recen al santo de su mayor confianza.

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