"...en el extenso alegato final -además de la clase teórica de Derecho- volvió sobre la acusación para señalar nuevamente que no se puede defender, contradiciendo tal afirmación con lo que estaba haciendo por el término de tres horas defendió con documental y cita de clásicos, ratificando una vez más su lejanía con la realidad cotidiana, de esta manera pareció que estábamos ante dos mundos distintos la acusación y la defensa".
Del diputado provincial por el ProVeCh, Ricardo Astete, para quien los clásicos de la literatura universal no tienen nada que ver con la realidad y por eso no debieran ser ni nombrados. Menos por el abogado defensor de Eduardo Samamé, Alfredo Pérez Galimberti
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